beatriz de barros

Controlador de gestión

Soy licenciada en Gestión y, para poder dedicarme a mi pasión por el Control de Gestión, hice las maletas y me trasladé a una ciudad situada a 300 kilómetros de mi ciudad natal.
Un mes después de trasladarme, llegó la pandemia.

En marzo de 2020, me encontré confinado en una ciudad que no conocía y sola. Pero los sucesivos encierros tuvieron su lado positivo. Me permitieron reflexionar mejor sobre lo que quería de la vida, mis objetivos y qué tipo de estilo de vida quería para mi futuro.

Durante este periodo de reflexión, me di cuenta de que me apasionaba el Control de Gestión, pero que la profesión no me daría la calidad de vida y la libertad que deseaba, y que necesitaba hacer algo más.

Como creo que cuando deseamos algo con suficiente fuerza, la vida nos encuentra a mitad de camino, en mi búsqueda de algo que estuviera más en consonancia con mi visión de mi futuro, un compañero de estudios me presentó el proyecto que resultaría ser la solución que estaba buscando.

Ya entonces me di cuenta de que la mayoría de las personas que me rodeaban no sabían cuál era su propósito y andaban a la deriva, sin prioridades ni sueños definidos. Yo no quería ser así. 

Ya sabía que el liderazgo y el espíritu emprendedor eran puntos fundamentales de mi camino, pero me faltaba la idea de empresa, el capital para invertir, un equipo que liderar y una visión clara de futuro. Me uní a Ser Libre, que me proporcionó todas las bases que buscaba y, al cabo de un año de proyecto, gracias a la tutoría personalizada, la formación, la lectura (un hábito que no tenía y que pude desarrollar aquí) e Ikigai, pude descubrir mi propósito y tener una visión clara de lo que quiero para mi futuro.

Como miembro del equipo de Ser Livre, pude comprobar el poder de la asociación con personas que ya habían descubierto su propósito en la vida, fijado metas y escrito objetivos. 

Escribí mi día ideal, lo que fue fundamental para darme cuenta de la disonancia que existía entre lo que hacía profesionalmente y la vida que idealizaba. Era algo que nunca me habían pedido en mis años de estudio académico, y aconsejo a todo el mundo que lo haga para hacerse una idea del tipo de vida que le gustaría conseguir.

Ha sido una transformación única y enriquecedora: he derribado miedos y creencias limitantes, he hecho cosas que nunca pensé que podría, como hablar regularmente en público, he dejado de preocuparme tanto por las opiniones de los demás y he aumentado mi confianza en mí misma.

Me siento realizada al poder tener un impacto medioambiental positivo, apoyar causas sociales y trabajar en el desarrollo personal.

Mi objetivo para el futuro es alcanzar la libertad, poder pasar tiempo con las personas que más quiero y formar un equipo para ayudar y animar a otros jóvenes.

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